INVENTARIO DE EMERGENCIAS Y DESASTRES EN EL VALLE DE ABURRÀ ORIGINADAS POR FENÒMENOS NATURALES Y ANTRÒPICOS EN EL PERIODO 1880-2007
Por:
Edier Aristizábal, Julieta Gómez
Area Metropolitana del Valle de Aburrá, Calle 41 No 53-07, Medellín
ABSTRACT
In recent years, natural and man-made disasters have been affecting increasing numbers of people throughout the world, especially in the developing countries located within the tropics, such as Colombia. For this reason, complete and verified data on disasters and their human and economic impact are significance for planners, policymakers, and field agencies engaged in preparedness and risk assessment. The Aburrá Valley Metropolitan Area has implemented a local disaster database using the software DesInventar, developed in 1992 by La Red, Social Studies Network for Disaster Prevention in Latin America. The DesInventar methodology consists of two modules – DesInventar module which allows entry of space and temporal data, types of events, causes and sources through pre-defined fields; and the DesConsultar module that allows access to the database, elaboration of queries including relations between the variables of effects, types of events, causes, sites, dates, etc. and represent queries through tables, graphics and thematic maps. This local disaster database has been built using the data provided by previous works from EAFIT University, SIMPAD, Hormaza (1991) and Saldarriaga (2002). This paper focuses on the human and economic impact of natural and man-made disaster in the Aburrá Valley. It has been affected by a large quantity of events which their magnitude changes between small and moderate. During the period 1880 – 2007 there were registered 6750 events in total. 42% of total events correspond to flooding, 35% to landslides, and 15% to forest fires. Man-made disasters are small, however its impact and recurrence has increased during the last two decades. Most populated cities in the valley are the most affected, Medellín with 72% of events and 2´223.660 inhabitants, following by Itagui (5,4% and 231.768 inhabitants), Envigado (4,9% and 175.337 inhabitants), and Bello (4,8% and 373.013 inhabitants). Events tend to occur frequently in May and October associated with high precipitation. In general, events distributions from 1950 to 2000 show similar trend to annual precipitation. Although huge effort has been taken for different institutions, however economic impact has not been evaluated in detailed, reason for more work should be taken on this area.
RESUMEN
En los últimos años los desastres de origen natural y antrópico han afectado un gran número de personas alrededor del mundo, y en especial sobre aquellos países en vía de desarrollo localizados en el trópico, tal como Colombia. Por lo que detalladas bases de datos de desastres que evalúen los impactos humanos y económicos son esenciales para desarrollar y planificar políticas para la prevención y evaluación del riesgo. El Área Metropolitana del valle de Aburrá ha implementado una base de desastres utilizando el software DesInventar. El cual ha sido desarrollado por LA RED, Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina. La Metodología del DesInventar consiste en dos módulos. El modulo DesInventar permite la entrada de datos tanto espacial como temporal, de acuerdo al tipo, causas y fuentes, en tanto el modulo DesConsultar permite el acceso y consulta a la base de datos en términos de figuras, gráficos y mapas temáticos. Esta base de datos ha sido construida a partir de estudios anteriores realizado por la Universidad EAFIT, El Sistema Municipal para la Prevención y Atención de Desastre SIMPAD del municipio de Medellín, y los trabajos de Hormaza (1991) y Saldarriaga (2002). El presente artículo se enfoca en la evaluación de los impactos humanos y económicos generados por los desastres de origen natural y antrópico en el Valle de Aburrá. Este valle ha sido afectado por una gran cantidad de eventos de magnitud principalmente media y moderada. Durante el periodo 1880 a 2007 se registraron 6750 evento, de los cuales las inundaciones corresponden al 42%, los movimientos en masa al 35% y los incendios forestales al 15%. Los desastres originados por la intervención antrópica son pequeños, sin embargo han aumentado en las últimas décadas. Las ciudades mas pobladas son aquellas que presentan las mayores afectaciones, en su orden Medellín con el 72% de los eventos y 2´223.660 habitantes, seguido por Itagüí (5,4% y 231.768 habitantes), Envigado (4,9% y 175.337 habitantes), y Bello (4,8% y 373.013 habitantes). La mayor parte de los eventos ocurren en los meses de mayo y octubre evidenciando la estrecha relación con las condiciones de precipitación del valle, similar tendencia se observa en el número de eventos versus precipitaciones media anuales. Finalmente aunque grandes esfuerzos se han realizado por diferentes instituciones, el impacto económico generado por dichos desastres no se ha evaluado en detalle, por lo que mayores acciones deberán ser emprendidas en esta dirección.
INTRODUCCIÓN
En las últimas décadas la ocurrencia de emergencias y desastres han afectado un considerable número de personas localizadas en zonas de amenaza, sin embargo los fenómenos que han generado estas afectaciones, se han presentado a lo largo de la historia como parte del proceso natural en el origen y modelación del paisaje (Aristizábal, 2006). Por lo que un detallado y completo inventario de desastres y del impacto generado por éstos sobre el medio ambiente, infraestructura y vidas humanas es un elemento fundamental para la definición de políticas, programas de prevención, planes y demás acciones encaminadas hacia la prevención o reducción de las afectaciones generadas por fenómenos naturales o antrópicos. Los inventarios de desastres son entonces, una herramienta fundamental para evaluar los impactos o afectaciones generadas en áreas o regiones específicas. Adicionalmente gran parte de las metodologías para la evaluación de amenaza y susceptibilidad por fenómenos de origen natural e incluso antrópico integran y valoran, como variable fundamental, el inventario de eventos (Chacon et al, 2006;Ayalew y Yamagishi, 2005; Guzzetti et al, 1999; Dai et al, 2001).
Gracias al desarrollo y avance tecnológico reciente existen múltiples posibilidades para recopilar de forma sistemática grandes volúmenes de información en espacios cada vez más reducidos. Sin embargo es precisamente debido a estos avances, por lo que se deben realizar mayores esfuerzos que permitan homologar las diferentes bases de datos creadas y que permitan comparar los datos obtenidos a lo largo del tiempo. En la actualidad existen diferentes herramientas que permiten hacer este inventario de datos, algunas relativamente sencillas como Excel y Acces, hasta software especializados en esta recopilación como el DesInventar.
En la actualidad existen bases de datos sistemáticas, las cuales gracias a las facilidades de la Internet permiten una consulta fácil y rápida, Una de estas bases de datos mas reconocida es la Base de Datos Internacional sobre Desastres EM-DAT (por sus siglas en ingles Emergency Disaster Database) de la Universidad Católica de Louvain (http://www.em-dat.net/). Dicha base de datos recopila aquellos eventos que han generado más de 10 victimas mortales, 110 afectados, o eventos que hayan requerido ayuda internacional o declarado estado de emergencia. En el caso particular de Colombia: el primer evento registrado en esta base de datos es el sismo de Tumaco, ocurrido el 31 de enero de 1906 con un saldo de 400 muertos; el evento que mas muertes registra es el de Armero ocurrido el 13 de noviembre de 1985 con 21,800 personas fallecidas; las inundaciones de noviembre de 1970 en los valles del Cauca y del Magdalena son el evento con mayor número de personas afectadas con un total de 5´105.000 personas afectadas; y finalmente, el evento con mayores afectaciones económicas corresponde al sismo del eje cafetero el 25 de enero de 1999 (US $ 1.857´366.000).
Los primeros ejercicios para la captura de información referente a la ocurrencia de fenómenos naturales se remontan a siglos anteriores, donde personas generalmente motivadas por su curiosidad, recopilaron y registraron de forma sistemática la ocurrencia de estos eventos. En Colombia los primeros trabajos se remontan a principios del siglo XVIII, con el diario de Don Luís Vargas Jurado, empleado del virreinato de la Nueva Granada, el cual contiene un registro de los casos ocurridos entre 1703 y 1780. Existen además algunos trabajos que no solo registraron eventos de su época sino que además describieron hechos anteriores tales como los trabajos de Don Javier Francisco Vergara y Velasco, del periodo 1530-1898, del Padre Forero Duran, 1500-1903, entre otros. Una completa descripción de estos primeros estudios se encuentra en Historia y Desastres en América Latina volumen II, publicado por La Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina -LA RED- en 1997.
En el caso del Valle de Aburrá y como consecuencia del desastre de Villatina ocurrido en el año 1987, los estudios geológicos que se venían realizando para determinar el origen y evolución del valle, se concentraron en los fenómenos que dieron origen a los espesos y extensos depósitos que cubren gran parte del Valle de Aburrá, prestando especial interés en la recopilación de los principales eventos y emergencias ocurridos en la región y que pudieran estar asociados directamente a los fenómenos en estudio. Dichos estudios se publican a partir de la II Conferencia sobre Riesgos Geológicos del Valle de Aburrá llevada a cabo en 1988 en la ciudad de Medellín.
Algunos estudios en los cuales se presenta inventario de eventos de forma parcial son: Bustamante y Echeverri (1984), Bustamante (1987), Florez y Parra (1988), Caballero y Mejìa (1988), Paz y Torres (1989), Angel y Duque (1990), Bustamante (1990), Rico (1990), Rendón y Vargas (1989), y Florez et al (1996). Los más relevantes trabajos sobre inventarios de desastres para el Valle de Aburrá se presentan en Hormaza (1991) y Saldarriaga (2002). Hormaza (1991) compila información en el periodo 1880-1988 con base al reporte de periódicos, documentos históricos e informes técnicos. Por su parte Saldarriaga (2002) como parte del programa de inventario de desastres impulsado por LA RED compila información desde 1900 hasta el año 2002.
DesInventar: SISTEMA DE INVENTARIO DE DESASTRES
La Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina - LA RED - se formó en agosto de 1992, congregando a un importante número de instituciones y profesionales de América Latina, para estimular y fortalecer el estudio social de la problemática del riesgo y definir, a partir de ello, nuevas formas de intervención y de gestión en el campo de la prevención y mitigación del riesgo.
Una de las principales líneas de trabajo, en las cuales han generado grandes avances, la constituye el desarrollo de sistemas de inventarios de desastres, que permitan desarrollar bases de datos bajo criterios similares. En este sentido La Red desarrolló el software DesInventar, el cual constituye un sistema de base de datos para elaborar inventario histórico de desastres, así como la metodología para el análisis de dichos datos. DesInventar es un software que permite recoger, sistematizar organizar y consultar la información incorporada al sistema de información, desde un punto de vista tanto espacial como temporal. La implementación y desarrollo del DesInventar en Colombia ha estado a cargo del Observatorio Sismológico del Sur Occidente Colombiano –OSSO- desde 1994, desarrollando una amplia base de datos con información a partir de 1914. La metodología DesInventar incluye un producto de software con dos componentes principales:
· El módulo DesInventar, permite alimentar la base de datos relacionada mediante campos predefinidos (información espacio temporal, tipos de eventos y causas, fuentes), efectos directos e indirectos (sobre la vida, viviendas, infraestructura, sectores económicos).
· El módulo DesConsultar que permite acceder a la base de datos mediante consultas que relacionen las diversas variables (efectos, eventos, lugares, fechas, etc.), así como su representación mediante tablas de consultas, gráficos y cartografía temática.
Es importante mencionar que de acuerdo a la metodología del DesInventar, un evento es diferente a un fenómeno natural o antrópico. Es decir un fenómeno puede generar múltiples eventos, correspondientes a tantas unidades geográficas como éste afecte, consideración fundamental para el análisis de los datos. Un ejemplo típico es el caso particular de una inundación, la cual puede afectar diferentes barrios o sectores durante todo su recorrido. Mientras el fenómeno natural es una inundación, el número de eventos registrados es igual al número de sectores o barrios que afecte dicha inundación, la base de datos registra entonces varios eventos asociados al mismo fenómeno natural.
A la fecha, el Area Metropolitana del Valle de Aburrá cuenta con una base de datos actualizada en el DesInventar. Ésta integra las bases de datos elaboradas por la Universidad EAFIT, el Sistema Municipal para la Prevención y Atención de Desastres SIMPAD, así como las bases asociadas a los trabajos de Hormaza (1991) y Saldarriaga (2002). Además se ha venido trabajando en un proceso diario de actualización de datos, que incluye los registros diarios de eventos publicados en los periódicos locales y nacionales, reportes de los Comités Locales de Emergencia, y reportes de la comunidad que son hechos a través de la pagina Web del Area Metropolitana del Valle de Aburrá por medio de un formato electrónico (http://www.metropol.gov.co/programas/desinventar/formulario.php).
Los principales criterios para la depuración de bases de datos anteriores, así como para la incorporación de nuevos eventos en la base de datos son:
• eventos que hayan generado afectaciones a por lo menos una vivienda de forma considerable o que la haya destruido,
• la pérdida de una o mas vidas humanas,
• una o mas familias evacuadas,
• fenómenos con afectaciones ambientales en áreas mayores o iguales a una hectárea.
En este orden de ideas, solamente, aquellos eventos que cumplen algunas de las características anteriores, han sido incluidos en la base de datos; de igual forma, aquellos que no presentaron dichas condiciones fueron eliminados de las bases de datos elaborados por la Universidad EAFIT y el SIMPAD.
El presente documento realiza un análisis de los eventos ocurridos en el Valle de Aburrá, con base en los casos reportados en la base de datos Desinventar con que cuenta actualmente el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, y cuyas características fueron descritas anteriormente.
RECURRENCIA Y DESASTRES EN EL VALLE DE ABURRÁ
Las complejas condiciones físicas del Valle de Aburrá, laderas susceptibles a movimientos de masa, sumado con los altos índices de vulnerabilidad, acelerada por la rápida y en algunos casos desordenada ocupación de las laderas y retiros de quebradas, así como la localización de viviendas cercanas a empresas que manejan sustancias peligrosas y el propio transporte de éstas por zonas densamente pobladas, han propiciado escenarios con un alto potencial de pérdidas humanas y económicas ante la ocurrencia de fenómenos de origen natural o antrópico, tales como movimientos en masa, inundaciones, avenidas torrenciales, incendios, derrames de sustancias peligrosas, entre otros.
Los fenómenos naturales tales como movimientos en masa, inundaciones, o avenidas torrenciales han sido recurrentes en el Valle de Aburrá asociados al origen y evolución del valle (Aristizábal, 2004; Aristizábal et al, 2006), sin embargo durante las últimas décadas dichos fenómenos han causado centenares de muertos y millonarias pérdidas económicas. Algunos de los eventos de mayor impacto ocurridos son los movimientos en masa de Rosellón (1927), Media Luna (1954), Santo Domingo Savio (1974), Villatina (1987), La Cruz (2007); las avenidas torrenciales de La Iguaná (1880), La López (1954), La Honda (1996) y El Barro (2005); y los incendios de Vallejuelos (2001), Mano de Dios (2002), El Trébol (2005) y Altos de la Virgen (2006). Los eventos mas antiguos registrados en el DesInventar datan del 23 de abril de 1880, día en el cual la quebrada La Iguaná generó una avenida torrencial que destruyó el poblado de Aná, dejando un saldo trágico de 9 muertos y 2500 heridos, y la inundación de la quebrada La Doctora del municipio de Sabaneta en septiembre de 1901 dejando 1 persona muerta y amplias zonas de cultivos afectadas.
En el Valle de Aburrá durante el periodo 1880 hasta el primer semestre del año 2007 se registraron un total de 6750 eventos. Porcentualmente, las inundaciones representan el fenómeno de mayor recurrencia (42 %), seguido por los movimientos en masa (35 %), y los incendios forestales (15 %) (Ver figura 1). La suma de estos 3 tipos de fenómenos suman el 92 % del total de eventos, En tanto, de cada 10 eventos que se presentan en el Valle de Aburrá, aproximadamente 8 de ellos son generados por inundaciones o movimientos en masa, lo que refleja la estrecha relación entre las condiciones geográficas e hdirometeorológicas del valle con el tipo de amenaza o fenómeno natural mas recurrente. Destaca como a pesar del alto número de industrias en el valle, los fenómenos de mayor recurrencia son de origen natural o socio natural.

Figura 1. Porcentaje de registros de acuerdo al fenómeno de origen. Predominan los fenómenos asociados a las condiciones hidrometeorológicas del valle, los eventos de origen antrópico se encuentran dentro del ítem otros.
En cuanto a los eventos de origen antrópico resaltan los incendios estructurales y derrames con el 0,3 % cada uno de ellos. En menor proporción se registran eventos como explosiones, escapes y accidentes aéreos. Este tipo de eventos se concentran en los municipios de Medellín con el 43 %, seguido por Barbosa con el 22 %, los cuales corresponden en su totalidad a derrames de hidrocarburos en las zonas rurales reportados por ECOPETROL: Finalmente el municipio de Itagüí registra el 15 % del total de este tipo de eventos, situación explicable por su desarrollo y dinámica industrial.
A nivel del valle, el municipio con mayor número de registros es Medellín con 4849, que representan el 72 % del total de eventos, seguido por Itagüí ( 5,4 %), Envigado (4,9 %), y Bello (4,8 %). El municipio con menor número de eventos registrados es Barbosa con tan solo 80 eventos equivalente al 1,2 % del total (ver Figura 2). Dichas cifras evidencian, la estrecha relación entre el área del territorio de cada municipio y el número de eventos, así como la influencia de la intervención antrópica en la ocurrencia de los eventos. Los municipios con mayor número de eventos en términos de población son Medellín con 2´223.660 de habitantes, Itagüí con 231.768 de habitantes, Envigado con 175.337, y Bello con la segunda mayor población del valle, 373.013 habitantes. En tanto Barbosa, con el menor numero de eventos registrados, presenta la menor población del valle con 42.547 habitantes.

Figura 2. Número y porcentaje de registros para cada municipio. El mayor número de registros se presenta en los municipios con mayor población (Medellín, Bello, Itagüí, Envigado).
Los eventos generados por fenómenos de inundación se han concentrado en el municipio de Medellín (74 %), seguido por Itagüí (8,5 %), Bello (5,5%) y Envigado (4 %). Con respecto a los movimientos en masa el 82,4 % se presentaron en el municipio de Medellín, seguido por el municipio de Caldas (3,6%) y Girardota (3 %).
En cuanto a los incendios forestales, estos se han concentrado en la ciudad de Medellín (37 %): sin embargo se destaca el municipio de Envigado con el 16% del total de eventos, teniendo en cuenta la diferencia del área del territorio de ambos municipios. Bello, Copacabana y La Estrella también presentan un número importante de estos eventos con el 11 %, 8,9 % y 7,8 % respectivamente.
ANALISIS POR PERIODOS
En la primera mitad del siglo, 1900-1950, se registraron un total de 110 eventos con un saldo de 80 victimas mortales y 610 viviendas afectadas. En la segunda mitad del siglo se presentaron 5457 eventos, con un saldo trágico de 1126 muertos y 7768 viviendas afectadas. Lo que representa un promedio de 109 eventos por año para la segunda mitad del siglo, cada 3 días aproximadamente ocurrió un evento con afectaciones considerables en el Valle de Aburrá. A su vez, durante estos primeros años del presente siglo ya se han registrado 1182 eventos con un saldo de 175 muertos y 3070 viviendas afectadas.
A continuación, se presenta el análisis estadístico de los eventos registrados en la base de datos por periodos de 10 años, lo cual permite visualizar de forma mas acertada la distribución de los eventos en el tiempo bajo la hipótesis de que en cada uno de estos periodos, las condiciones en las unidades de análisis han permanecido constantes, tales como facilidades para el acceso a la información, aumento en el número de medios escritos etc, sin embargo es importante dejar en claro que dentro de estos mismos periodos pueden existir variaciones importantes que deben ser tenidas en cuenta en estudios posteriores.
Un claro ejemplo de las interferencias generadas por este tipo de variaciones en el tiempo, es el aumento proporcional progresivo de los eventos registrados en las últimas décadas, años que se caracterizan por la diversidad y cantidad de medios, y el fácil acceso a estos.
En la década de los 80´s se presentaron 2196 eventos que corresponden al 32,5 % del total, de este total 66 % correspondió a inundaciones y un 27 % a movimientos en masa. Estos eventos generaron un total de 660 muertos mayoritariamente, generados por movimientos en masa (90 %) y avenidas torrenciales (5 %).
En la década de los 90´s se presentaron 3036 eventos que representan un 45 % del total, de los cuales el 40% corresponden a movimientos en masa, el 36 % a inundaciones y el 20 % a incendios forestales. Estos eventos dejaron un saldo de 118 muertos, generados principalmente por movimientos en masa (91 %) e inundaciones (9 %).
A partir de año 2000 hasta el día de hoy se han presentado 1182 eventos que corresponden a los 17,5 %, distribuidos porcentualmente: movimientos en masa (39 %), incendios forestales (31 %) e inundaciones (19 %). Estos eventos han generado 175 muertos principalmente por movimientos en masa (38 %), avenidas torrenciales (24%) y accidentes aéreos (16%).
Para la década de los 90’s se presenta un ligero incremento en los registros comparado con la década de los 80’s. Sin embargo para la década actual se observa una clara tendencia a la disminución de los registros. Dicha tendencia coincide con el periodo hasta el cual Saldarriaga (2002) compiló la base de datos, lo que significa que dicha tendencia esta reflejando el cambio de criterios para la incorporación de nuevos registros en la base de datos. En general, se observa una relación similar en el porcentaje de personas fallecidas por movimientos en masa, con un alto porcentaje en la década de los 80’s debido a la ocurrencia del deslizamiento de Villatina.
Con respeto a los demás fenómenos se observa un considerable incremento en las personas muertas por avenidas torrenciales y en accidentes aéreos, fenómenos que no registran porcentajes considerables en décadas anteriores. El incremento en la cantidad de accidentes aéreos se explica debido al incremento directo en las frecuencias de vuelos por semana lo cual incrementa a su vez las probabilidades de producirse mas accidentes. El incremento en las afectaciones generadas por avenidas torrenciales refleja la creciente ocupación en los últimos años, de un gran número de viviendas en áreas altamente susceptibles a este tipo de fenómenos.
De acuerdo a las condiciones morfodinámicas del valle y sus evidencias geológicas (Aristizábal, 2004), estos tipos de fenómenos naturales han sido recurrentes durante la evolución y conformación del Valle de Aburrá. Este hecho es de vital importancia para entender la distribución estadística de los diferentes eventos registrados en la base de datos, los cuales están reflejando la afectación en los últimos años de este tipo de eventos más no su incremento.
EVENTOS MENORES Y EVENTOS CRÍTICOS
De acuerdo a los datos presentados por la División de Medio Ambiente y Asentamientos Humanos de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe –CEPAL- en el año 2002, se estima que en el periodo 1988-1998, ocurrieron en América Latina cerca de 10 desastres pequeños (0-10 muertos) por día, un desastre mediano (11-100 muertos) cada 9 días y un desastre grande (mas de 100 muertos) cada 160 días. Estas cifras permiten concluir que los desastres pequeños y medianos suman muchas más muertes y pérdidas que los desastres catalogados como grandes.
En el Valle de Aburrá sólo 253 eventos reportan al menos una victima mortal, lo que significa que el 99,96 % de los eventos presentan afectaciones considerables sin victimas mortales. Tomando la división de la CEPAL en el Valle de Aburrá los desastres pequeños, con victimas entre 0-10 muertos, corresponde a 6739 registros, lo que representa casi la totalidad de los eventos. Con respecto a los desastres medianos, con victimas entre 11-100 muertos, se registraron 9 eventos, y tan solo dos eventos catalogados como desastres grandes, con mas de 100 muertos, los cuales corresponden al (1) movimiento en masa de Santa Elena, ocurrido el 12 de julio de 1954 con un saldo de mas de 100 personas muertas, de las cuales tan solo se recuperaron los cadáveres de 77 personas y un numero indeterminado de desaparecidos, el cual se considera que sobre pasa los 70, y (2) movimiento en masa de Villatina el 27 de septiembre de 1989, que aunque nunca se logró determinar con exactitud el número de victimas, se considera alrededor de los 500 personas, donde sólo se rescataron alrededor de 200 cuerpos, por lo que el sitio se declaró como campo santo (ver Tabla 1).
En resumen, los desastres pequeños presentan un total de 586 muertos, lo que representan el 42 %, los desastres medianos 204 victimas (15 %) y finalmente los desastres grandes con un valor aproximado de 600 muertos que representan (43 %).
EVENTOS REGISTRADOS vs PRECIPITACIONES MEDIAS ANUALES
Para el presente análisis los datos de precipitación fueron tomados de la Revista Hidrometeorológica de Empresas Públicas de Medellín (2005). Las precipitaciones promedias se estimaron mediante polígonos de Thiessen, considerando diferentes estaciones de cálculo para varios periodos. Los datos hidrometeorológicos han sido colectados a partir del año 1950 (ver Figura 3).

Figura 3. Número de registros vs precipitaciones medias anuales. Las barras representan el número de eventos y la curva punteada representa las precipitaciones anuales media. En general los registros aumentan en años con mayores valores de precipitación.
Para el periodo 1950 – 1980, los años con mayor número de eventos son 1979 con 28 eventos, 1955 con 27 eventos, y 1970 y 1971 con 16 eventos. Comparando los picos en los eventos registrados con las precipitaciones promedias anuales se observa que 1979, aunque está enmarcado como un año con precipitaciones relativamente bajas, corresponde a un pico de la curva ascendente a partir del año 1976, donde se alcanzaron precipitaciones relativamente bajas con 1501 mm anuales. En tanto para 1955 se registraron 2047,9 mm, lo que se correlaciona con un pico en la curva de precipitaciones y que se extiende hasta el año 1956, donde alcanza un registro máximo de 2186 mm anual. Finalmente 1970 y 1971 se correlaciona con el mayor pico alcanzado en la curva de precipitaciones para este periodo, donde 1971 es el año con mayor registro de precipitación de todos los años en el periodo 1950-2005 con 2586 mm.
Los años con más eventos registrados en la década de los 80´s corresponde al año 1988, con un total de 409 eventos, seguido de 1984 con 316 eventos. Estos años que corresponden a los de mayor precipitación anual para dicha década, con 2343,6 mm y 2286,3 mm, respectivamente. A partir de la década de los 90´s, se presenta un pico en los eventos registrados que corresponde a los años 1998 con 450 casos, 1999 con un total 485 y el año 2000 con 416 eventos. Este pico se correlaciona con un pico en las curva de precipitación, donde 1999 representa el año con mayor precipitación, 2267 mm, seguido por el año 2000 con 2112 mm anuales.
DISTRIBUCIÓN ANUAL DE EVENTOS
La distribución anual de la totalidad de eventos presenta una clara distribución bimodal, con picos en los meses de mayo y octubre, con un leve aumento en este último mes. Dicha relación responde claramente a la relación directa que existe entre la generación de fenómenos naturales con la distribución de lluvias en el valle, con tendencia similar y picos en los meses de mayo y octubre.
Igualmente, una marcada distribución bimodal, con picos en los meses de mayo y octubre, es obtenida al graficar los eventos generados por inundaciones, avenidas torrenciales, movimientos en masa y vendavales, versus las condiciones hidrometeorológicas del valle (ver Figura 4).
La distribución de eventos generados por incendios forestales presenta a su vez una distribución bimodal inversa a los fenómenos asociados a las precipitaciones, con picos en febrero y agosto, los cuales, si nos fijamos en las distribución promedia anual de las precipitaciones, correspondientes a los periodos inmediatamente siguientes a los meses mas secos del año enero y julio.

Figura 4. Distribución de eventos en el periodo 1880 – 2007 versus precipitación mensual media. Se observa la estrecha relación entre la precipitación y el número de eventos que se presentan al año, siendo los meses de mayo y octubre los de mayor número de eventos y precipitación.
El análisis individual por fenómenos, arroja que mientras las inundaciones se concentran claramente en los meses de mayo y octubre (en una frecuencia muy similar), al contrario los movimientos en masa tiene una distribución igualmente bimodal pero mas amplia para los meses de mayo-junio y septiembre-octubre, se observa igualmente una clara tendencia a presentarse mayores eventos entre los meses de abril y noviembre, lo cual podría ser interpretado como respuesta a las condiciones de lluvias acumuladas que se presenta a partir de la primera ola invernal del año. Adicionalmente un factor también fundamental es que el periodo seco que antecede la segunda ola invernal en los meses de septiembre – octubre, presenta mayores precipitaciones comparado con el periodo seco de diciembre-enero.
Para el caso de eventos de origen antrópico, como es de esperarse, no existe una distribución estadística clara que pueda asociarse a un hecho en particular, sin embargo se destaca octubre como un mes en el cual se presenta el mayor número de eventos y abril y julio como meses en los cuales se presenta el menor número de casos de este tipo.
ACUMULACIÓN DE DAÑOS Y PÉRDIDAS
La evaluación de daños y pérdidas aun representa un elemento muy débil en la región, e incluso a nivel nacional. Las pérdidas materiales reportadas son generalmente evaluadas con ligereza y sin metodologías o procedimientos estrictos. Dicha información es manejada principalmente por las aseguradoras, las cuales difieren notablemente de las pérdidas reportadas por el sector público.
Teniendo en cuanta lo anterior, se hace necesario implementar acciones tendientes a evaluar sistemáticamente las pérdidas y daños generados por cada evento. Sin embargo en el presente estudio, se presentan algunos datos de carácter preliminar, los cuales probamente permiten una mayor sensibilización al grado de pérdidas materiales ocurridas hasta el presente año, pero que seguramente se encuentran alejadas del valor real de pérdidas ocurridas (ver Figura 5).

Figura 5. Afectaciones generadas en términos de vidas humanas, personas afectadas y viviendas afectadas por el tipo de fenómeno. Los eventos mas trágicos en términos de vidas humanas son los movimientos en masa, mientras las inundaciones son los eventos de mayor afectación en viviendas y personas afectadas.
Retomando los datos discutidos en la secciones anteriores, los eventos registrados han dejado un saldo trágico de 1390 muertos, asociados a movimientos en masas (77 %), avenidas torrenciales (13 %), que representa un número considerable de 177 personas fallecidas por este tipo de eventos. Finalmente, las inundaciones que aunque son los eventos más recurrentes, representan tan solo el 5 % de las personas muertas.
El número de viviendas afectadas, ascienden a las 11448; las inundaciones son el evento de mayor afectación (53 %), seguido por los movimientos en masa (33 %).El valor económico de las afectaciones registradas ha sido estimado en un total aproximado de 21 mil millones de pesos. De este total estimado, las afectaciones generadas por el sismo del 18 de octubre de 1992 representan el 52% del total de las pérdidas; esto demuestra que dichas afectaciones son generalmente valoradas en este tipo de eventos, dejando evento menores como movimientos en masa e inundaciones, que se presentan con mayor frecuencia. Este tipo de acercamiento a la valoración de las pérdidas, evidencia un claro desequilibrio en la forma de estimar y cuantificar las perdidas económicas asociadas a los diferentes tipos de eventos, es decir que finalmente la sumatoria de pérdidas ocurridas en eventos menores muy seguramente dan un saldo de pérdidas aun mayor que los estimados en evento de gran impacto, tal como lo expresa la CEPAL en sus diferentes a análisis a nivel latinoamericano y mundial. Por lo tanto, las pérdidas económicas estimadas hasta el momento, se encuentran subvaloradas en su costo real. De otro lado, es importante sumar las pérdidas económicas aportadas por las inundaciones y los incendios estructurales.
Las personas afectadas suman un total de 51812, de las cuales con el 55 % corresponden a los fenómenos como las inundaciones, el 13,5 % por las avenidas torrenciales, y finalmente el 14 % por movimientos en masa. A diferencia de los demás casos la mayor proporción de personas afectadas se encuentra en el municipio de La Estrella con el 41 % seguido por Medellín con el 28 %. Dicha situación se debe a las inundaciones presentadas el 17 de octubre de 2004; estas han sido estimadas en un total de 20 mil personas afectadas.
CONCLUSIONES
La implementación y constante actualización de inventario de desastres, permiten evaluar las afectaciones en términos de pérdidas económicas, humanas y ambientales, y se convierten en una herramienta fundamental para que las instituciones responsables elaboren políticas y acciones concretas tendientes a la reducción de desastres.
En los últimos años algunas entidades han realizado importantes esfuerzos en este sentido tales como la Universidad EAFIT y el Sistema Municipal para la Prevención y Atención de Desastres SIMPAD del municipio de Medellín, quienes implementaron una base de datos sobre el software DesInventar, inicialmente para el Valle de Aburrá y posteriormente restringido sólo para la ciudad de Medellín. Desde el año 2004 el Area Metropolitana del Valle de Aburrá como parte de su programa de gestión del riesgo en la Subdirección Ambiental, depuró dicha base de datos unificando los criterios para el ingreso de nuevos datos y amplió sus alcances nuevamente para todo el territorio del valle, así mismo viene día a día actualizando la base de datos de acuerdo a los reportes entregados por los diferentes comités locales de emergencia del valle, reportes de bomberos, entidades de socorro, reportes de periódicos locales y nacionales, y reportes enviados por la comunidad en general, a través de un formato electrónico disponible en la pagina Web del Área Metropolitana del Valle de Aburrá (http://www.metropol.gov.co/programas/desinventar/formulario.php), el cual fue diseñado y elaborado por la Entidad. Este trabajo ha permitido formular indicadores de gestión y de impacto que evalúan la efectividad de las acciones realizadas para la reducción del riesgo en el Valle implementadas no solo por la Entidad, sino también por todas aquellas instituciones que actúan sobre éste territorio.
Debido a las condiciones geomorfológicas del valle y la ocupación del territorio, los eventos más recurrentes con afectaciones considerables sobre la comunidad, son aquellos generados por las inundaciones, los movimientos en masa y los incendios forestales respectivamente. Dichos fenómenos presentan una distribución anual bimodal similar a la distribución de lluvias mensuales medias en el valle. Ambas distribuciones se caracterizan por presentar dos picos en los meses de mayo y octubre, con un ligero incremento en las precipitaciones y eventos en la segunda temporada de invierno, correspondiente al mes de octubre. Esta relación evidencia la estrecha relación directa de las condiciones hidrometeorológicas, como factor detonante, de los fenómenos naturales que ocurren en el Valle de Aburrá.
Aunque las inundaciones son los eventos de mayor recurrencia, los movimientos en masa son los eventos que generan mayor afectación, especialmente en lo que se refiere a pérdida de vidas humanas. Adicionalmente, aunque las avenidas torrenciales no presentan una alta recurrencia, sus afectaciones en términos de pérdidas humanas, es alta, con tendencia a aumentar en las últimas décadas, lo que muy probablemente refleja la ocupación de áreas susceptibles a la ocurrencia de este tipo de eventos, tales como los retiros y las zonas inundables de las quebradas y el Río Aburrá.
De acuerdo a los registros del DesInventar, en el Valle de Aburrá se han presentado 1390 personas muertas en el periodo 1880-2007 debido a fenómenos de origen natural y antrópico;, 51812 personas afectadas, 11448 viviendas afectadas, y pérdidas cercanas a los 21 mil millones de pesos, las cuales se concentran en el municipio de Medellín, Itagüí, Bello y Envigado, situación debida, lógicamente tanto al área del territorio del municipio, como al número de habitantes con que éste cuenta.
Bases de datos como el DesInventar permiten evaluar la recurrencia y temporalidad de fenómenos que efectivamente afectan considerablemente la comunidad, pero esto no indica directamente un aumento en la ocurrencia de este tipo de fenómenos, es decir, fenómenos que en el pasado no hayan generado algún tipo de afectación generalmente no son registrados por periódicos o informes internos, lo que no permite finalmente que sean incluidos en bases de datos posteriores al no existir registros.
Las inundaciones, avenidas torrenciales e inundaciones han sido un fenómeno natural frecuente asociado al origen y evolución del Valle de Aburrá, sin embargo las afectaciones de estos fenómenos han aumentado considerablemente en las últimas décadas, debido a la creciente ocupación de terrenos en condiciones de vulnerabilidad sobre terrenos amenazados por este tipo de fenómenos.
Finalmente, es necesario continuar con este tipo de acercamientos metodológicos, que permitan registrar la recurrencia y afectaciones de fenómenos naturales y antrópicos en el Valle de Aburrá. Igualmente, dichas metodologías deben ser extendidas hacia otras regiones del departamento y del territorio colombiano. Sin embargo estos esfuerzos deben concentrarse en la evaluación de las pérdidas, en términos no sólo de vidas humanas, sino también en términos económicos, y de afectaciones ambientales. Aunque el presente trabajo considera parcialmente la evaluación de estas pérdidas, distan aun de las afectaciones y pérdidas reales generadas por estos eventos, ya que el levantamiento de la información por las personas o entidades encargadas de la atención generalmente no considera este tipo de información, la cual es levantada por otro tipo de organizaciones, tales como las aseguradoras, las cuales generalmente no intervienen en todos los eventos registrados.
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